sábado, 8 de octubre de 2011

Capítulo II

Al salir, pude notar como el frío comenzaba a hacer efecto en mi cuerpo. Sí, es Abril y en Londres las noches son muy frías. Además, estaba empapada de un líquido que cada vez de volvía mas pegajoso y repugnante. Dougie se dio percató del pequeño escalofrío que recorrió mi cuerpo.
- Toma, póntela. -me tendió su cazadora de borreguillo.
- No, no hace falta si vivo aquí al lado.-le dije señalando el piso.
- Por favor, póntela. Como si vives en el mismo supermercado. Estás congelada y mojada y eso es equivalente a un buen costipado. ¡Bien! ¡Me ha salido una oferta, dos por uno!
Nos empezasmos a reír como dos locos en frente de una puerta de un supermercado.
- Por cierto querida patosa, no me ha dicho usted su nombre, ¿sería tan amable de decírmelo?
- ¿Querida patosa? Já, perdona pero la culpa ha sido del melocotón.
Me miro y nos reímos al unísono.
- Bueno, y mi nombre sí, lo puede saber. Soy Cantia.-le sonreí.
- ¿Cantia? Que nombre más raro y bonito a la vez.
Me sonrojé y sonreí.
- Apostaría lo que quieras a que eres española...
- Sí, has acertado Poynter, 'Olé'.
- Si es que podría diferenciar a las españolas en cualquier parte.
- Seguro...
- ¡Sí!.
Nuestras miradas se cruzaron mientras el silencio reinaba por toda la calle. 
- Em, esto... Cantia, creo que sería mejor que te acompañase hasta casa... 
Podía notar en su voz como estaba nervioso.
- No de verdad, no hace falta, ya te he dicho que vivo ahí al lado...
- Bueno, vale, pero déjame acompañarte hasta la puerta.
Me miró y puso esa cara de cachorrillo que tantas veces había visto en fotos y vídeos.
- Vale, está bien, tú ganas.
Sonrió y comenzasteis a andar. Llegasteis a tu portal en menos de treinta segundos.
- Joder, pues si que vives cerca...
- Lo primero, no digas palabras mal sonantes y lo segundo, te lo dije.
- Da igual, ha sido un placer 'señourita'.
Me miró y sonreímos.
- Bueno, toma.- le di su cazadora.- Gracias.
- No hay de que.- Me miró y sonrió de lado.
- Esto, me voy ya que necesito darme una ducha y hacer la cena. Ha sido todo un placer conocer a uno de mis ídolos y pasar 15 agradables minutos con él.- Le dije sonriente.
- El placer ha sido sólo mío.- Y puso una cara triste.
Me quede con cara de WTF?? 
- Dougie, estás muy mal de la cabeza.
- Eso no es nada nuevo...
Sonreísmos y con un leve movimiento con la mano se despidió. Observé como desaparecía al cruzar una calle. Rápidamente subí a casa.
Narra Doug:
  Llegué a casa de Tom. Ni Gi ni él estaban en casa, habían ido a cenar. Abrí la nevera y cogí una cerveza. Subí a mi habitación y me tumbé en la cama. 
 No sé lo que ha pasado ni cómo ni por qué. Esa chica, sus ojos, su sonrisa... ella. Sentí algo raro, no sé como explicarlo... cuando levantó la mirada y me miró...
 Es una sensación que no sentía desde hace mucho tiempo, que pensaba que no iba a volver a sentir. 


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